jueves, 3 de marzo de 2016

Π

Ella odia como le haces sentir. Puedes traerle el cielo, pero también el infierno. El problema está en que le traes lo segundo la mayoría del tiempo, y la balanza ya no sale a tu favor. Se pregunta, si merece sufrir tanto, por una pizca de felicidad. Una pizca de tu amor.

Te quiere y no sabe porqué. No le has dado muchas razones para ello. Le has llevado a lo más alto para luego dejarla caer. Le has llenado de amor y después te has ido. Vaya manera de matar.

Has sido un capullo de los grandes con ella. Pero aun y todo sigue pensando en ti al levantsrse, al irse a dormir, al ver que tiene un nuevo mensaje... al sentir a alguien detrás ¿será él? No deja de preguntarse eso. Sus amigos estuvieron ahí para ella los primeros días. Pero el duelo lo pasa uno solo. Y ya nadie recuerda cuán rota esta por dentro. Nadie sabe que detrás de tanto griterío y fingidas sonrisas está una chica rota, hundida, pensando en ti. Nadie esta al siguiente mes, ni al próximo tampoco. La gente olvida. Pero ella no, porque lo sufrió, te sufrió en primera persona.

Sueña con olvidarte algún día. Le han roto el corazón tantas veces. Sabe que el tiempo cura, aunque le cueste creerlo en ocasiones. Él último ya le hizo mucho daño. Confió en ti , en que esta vez no acabaría igual, y mira ahora. Se pregunta si merece la pena arriesgarse una vez más.

Se ha llegado a tragar el orgullo por ti. Porque te quería de verdad. Puede que no fuera el amor verdadero de un cuento de hadas, pero si algo sabe es que te quería.

Se repite constantemente que no más lágrimas por un idiota, que es suficiente. Pero eso no la convence a las once de la noche, cuando se tapa con las sabanas, cierra los ojos y piensa en ti. Entonces le invade el dolor. Ese dolor. Lo ha sentido tantas veces que ya no sabe como es posible continuar viviendolo tan fuertemente. Pero te juro que le rompe, pedazo a pedazo. Y entonces llora. Tu eres parte de esas lágrimas. Se te puede ver en ellas.

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