domingo, 10 de junio de 2018

Maldito

Maldito seas. Malditos sean tus ojos, tus labios, tus pestañas. Maldito seas, por tu sonrisa, por tus caricias, por tus abrazos. Maldito seas. Has dejado el listón tan alto. Maldito seas, porque ahora nadie es suficiente a tu lado. Porque jamás podré querer de nuevo. Maldito seas, porque tatuaste en mi piel tu nombre a fuego. Maldito seas, por aparecerte a diario en mis sueños. Por no querer que  te quisiera del modo en el que no debía quererte. Maldito seas, por hacer que te quisiera del modo en el que no debía quererte. Maldito seas, por haber soportado la distancia y los problemas. Maldito seas, por haber logrado que el fuego no haya dejado de arder en mi interior por ti. Maldito seas, por aún siendo tan maldito desearte cada maldita noche.
No había día de lluvia en el que no detestara existir. No había día de tormenta en el que todo el día no quisiera dormir. Pero Dios, era como un golpe de aire fresco cada vez que cruzaba esa puerta y te veía. Habría vivido en el infierno si eso hubiera significado seguir viéndote. Me hubiera quemado cada día en las abrasadoras llamas por ver esa sonrisa. Esa mirada. Por volver a sentir tus caricias.

Y sé que ha pasado mucho tiempo, pero aún te imagino a mi lado en los momentos importantes, y aún sueño contigo y veo tus ojos. Y sé que debería haber pasado página, pero ¿cómo hacerlo cuando sin ti jamás hubiera habido libro? 

Sé que podías ver la verdad cuando me mirabas. Sé que la tratabas de ocultar. Sé que te lo intentabas negar. Lo sé porque yo también lo hacía. Yo también lo sentía.

martes, 5 de junio de 2018

¿No lo ves?

Tenía la oportunidad de hacer visible algo que estaba mal. De actuar acorde a sus valores. ¿Pero que pasó? Tú. Tu le pasaste. Eso es lo que siempre le ha pasado. Joder, ¿es que no lo ves? Te sigue defendiendo a capa y espada sea cual sea el contexto y se te acuse de lo que se te acuse. Te prioriza, por encima de todo y de todos los demás. No quiere que te decepciones, ni quiere que estés triste. Jamás te reconocería todo lo que hace por ti porque no se lo reconoce ni a sí misma por completo. Pero ahí está, callando lo que no debería callar por protegerte. Y siempre lo hará. Porque eres una parte de ella, porque siempre lo has sido. Porque te quiere.

Qué se supone que tienes qué decir cuando todo lo que tienes por decir está mal. Ya nada de verdad queda en mí. Sospecho que solo una cosa e...