martes, 26 de enero de 2016

Donde habite el olvido

Donde habite el olvido, 
En los vastos jardines sin aurora; 
Donde yo sólo sea 
Memoria de una piedra sepultada entre ortigas 
Sobre la cual el viento escapa a sus insomnios.
Donde mi nombre deje 
Al cuerpo que designa en brazos de los siglos, 
Donde el deseo no exista.
En esa gran región donde el amor, ángel terrible, 
No esconda como acero 
En mi pecho su ala, 
Sonriendo lleno de gracia aérea mientras crece el tormento.
Allí donde termine este afán que exige un dueño a imagen suya, 
Sometiendo a otra vida su vida, 
Sin más horizonte que otros ojos frente a frente.
Donde penas y dichas no sean más que nombres, 
Cielo y tierra nativos en torno de un recuerdo; 
Donde al fin quede libre sin saberlo yo mismo, 
Disuelto en niebla, ausencia, 
Ausencia leve como carne de niño.
Allá, allá lejos; 
Donde habite el olvido.
Cernuda                                                                                          

viernes, 22 de enero de 2016

Al perderte yo a ti


Al perderte yo a ti, tú y yo hemos perdido: 
yo, porque tú eras lo que yo más amaba 
y tú porque yo era el que te amaba más. 
Pero de nosotros dos tú pierdes más que yo: 
porque yo podré amar a otras como te amaba a ti, 
pero a ti no te amarán como te amaba yo.

Autor del poema: Ernesto Cardenal

Ya no sé

Ya no sé si te amo o si te odio. No sé si duermo y sueño o dormito y pienso. No sé si es de día o de noche. No sé que hora es ni que tiempo hace. No sé si lloro por ti o río por ti. Ni si quiera sé la letra de estas canciones. Sólo sé la de nuestra canción. No sé si bebo para olvidarte o olvido para beber. No sé qué digo ni que no digo.

No sé que pasó ni que no pasó.  No sé si te fuiste o te eché. No sé si te recuerdo o te olvido. No sé si grito o si callo. No sé si me miras o si le miras. No sé a dónde vamos ni de dónde venimos. No sé si me eriza la piel el frío o si lo haces tú.

No sé, no sé. No sé ni quiero saber nada. Me basta con tenerte aquí y ahora, los dos tan ignorantes, tan enamorados.

jueves, 21 de enero de 2016

Voces

Te estás muriendo por dentro, pero debes estar como si nada por fuera. Esa maldita voz no se va de tu cabeza.
"Sonríe, pequeño monstruo, no deben darse cuenta. No dejes que te vean. Haz como si no estuvieras. Pero escúchame. Nunca dejes de escucharme. Te estoy diciendo la verdad. Soy la verdad. Eres fea, gorda, baja, nadie te quiere aunque finjan que sí. Mírate, eres patética. Ni si quiera puedes caminar normal. Encierrate, no dejes que nadie vea lo fea que eres. Recuerda que no quieres asustar a nadie. Deja de inentar creer que eres guapa, nunca lo has sido, nunca lo serás. No pienses que tu interior es mucho mejor. En el fondo eres una abominación, un monstruo, la maldad en su más puro estado. Así que escúchame a mi. Soy lo único que te conoce cien por cien y sigue aquí. Por último y lo más importante: No llames la atención. Si lo haces no podrás desaparecer nunca. "


Cansada

Estoy cansada de ser esa. Esa a la que se le puede pisotear pero después pedirle ayuda. Esa a la que le hacen sentir fatal una y otra vez, pero no te preocupes, jamás te dira nada que te pueda hacer sentir fatal. Esa de la que te puedes reír. Esa que esta en los malos momentos pero en los buenos te marchas con otros. Esa, a la que se le quiere cuando interesa y se odia cuando está de "moda".

 Esa, que es tu diversión pasajera. Esa a la que puedes manipular como te viene en gana. Esa de la que te olvidas fácilmente. Esa, la que crees que no ve como te ríes de ella cuando se da la vuelta. Esa, con la que has pagado mil y una veces tu mal humor, pero sigue ahí. Esa, a la que cuentas tus decepciones pero no tus secretos. Esa, a la que nunca realmente has querido.

Simplemente, estoy muy cansada de ser esa.

No te marches

Apagas la luz, me observas en la oscuridad, y puedo notar tu silueta tranquila, segura, tratando de alcanzarme con la mirada. Aquí estamos, tendidos a los pocos rayos de luz que entran por la persiana, peleándose por brillar el que más. Me recuerdan a nosotros en el pasado, tan rápidos y tan fuertes para brillar. Lo queríamos todo, iluminábamos con nuestro paso todo lo que había alrededor. ¡Y, míranos ahora, escondiéndonos en la oscuridad!

Dime, ¿Qué ha pasado? ¿Qué ha cambiado? Quédate aquí, no me dejes ir, me arrojaste a la oscuridad y ya no conozco nada seguro a parte de tus brazos. Ya no veo nada, todo es tan diferente... Tu me trajiste aquí, ayúdame. No me abandones, te necesito.

¿Por qué me besas tan lento? ¿Piensas en marcharte? ¿Es por ello que quieres saborear cada milímetro de mis labios? Dime la verdad, ¿quieres huir? ¿sin mi? Y ahora ¿Qué haces? ¿por qué paras? Ámame ahora que puedes, seré tuya  y tu mío para siempre.

Sólo tienes que decirlo. Sólo tienes que quedarte.

lunes, 18 de enero de 2016

Dejas rastro

A veces pienso en si todos dejamos huella. Y me doy cuenta de que sí, aunque por muy pequeño que sea, dejamos un rastro en nuestro camino.


Cada imagen que veo, cada acción que hago, cada palabra que digo me recuerda a algo que alguien alguna vez me dijo o me hizo. 

Aprendemos algo de cada persona, por muy desconocida o alejada que sea de nosotros. Da igual, quizá no sea nuestra pareja o nuestro mejor amigo/a... Pero basta con que esté ahi para que marque un pequeño instante de tu existencia, y quizá, algo que perdure en tu memoria.

Lo que quiero decir, es que nuestras vidas no son del todo estúpidas e inútiles. Si nosotros no hubieramos existido, la vida de muchas otras personas sería completamente diferente. 

A lo mejor, nadie se pararía ante ese niño a recogerle los libros que le han tirado si tu no lo hubieras hecho antes con esa persona. Probablemente, esa persona no sonreiría al pensar en un chiste por la forma en la que lo contaste o como te reíste. Quizá, un pensamiento positivo que hace a un joven atravesar su día no sería así sin ese comentario que le diste y le animó.

Asi que sí, siempre dejarás huella. Depende de ti que sea negativa o positiva. 

Qué se supone que tienes qué decir cuando todo lo que tienes por decir está mal. Ya nada de verdad queda en mí. Sospecho que solo una cosa e...