sábado, 4 de agosto de 2018

Sé que no quieres hacerle daño a nadie. Pero me lo estás haciendo. Y también sé que, en parte, lo sabes. Me gustaría saber porqué. Saber porqué no permites que lo aclaremos. Porque no intentas solucionarlo.  ¿A caso tienes miedo de acercarte mucho? ¿O soy yo el problema? Explícamelo, por favor, porque yo no puedo continuar así.

 Cada vez que te veo siento algo extraño en mí, algo que me agrada. Me gusta estar en tu compañía. Me encanta tu olor y tu forma de hablar. Parezco estúpida cada vez que hablo de ti o hablo contigo. Busco constantemente la forma de verte o hablar contigo, y acabo siendo absurda y ridícula.  Pero por mucho que lo intento, no puedo evitarlo. La razón es que el tiempo avanza y cada día es un día perdido. Una oportunidad que estás dejando pasar. Y dado que aborrezco la idea de quedarme sentada observando todo eso, finalizo siendo la misma idiota que aleja a todo el mundo siempre. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Qué se supone que tienes qué decir cuando todo lo que tienes por decir está mal. Ya nada de verdad queda en mí. Sospecho que solo una cosa e...