sábado, 9 de septiembre de 2017

A veces es necesario tocar fondo para tomar impulso y poder subir.

No recuerdo mucho. Sólo sentir la tristeza y la rabia. Pero era distinto esta vez. Tenía a alguien abrázandome y a otra persona acariciandome. No hizo falta que llorara porque sabían que los necesitaba. Y no me dejaron ni un segundo sola.

Y entonces me percaté de todo. Era distinto porque yo ya no soy así. Ya no estoy sola. Ya no soy esa chica. Yo ya no hago esas cosas. Lo dejé atrás hace mucho. Y tampoco es propio de mi querer hacer daño a una persona porque me lo hayan hecho. No, no, no.

Lo siento. Lo siento de veras. Y no sólo es un perdón hacia ti, es un perdón hacia mí también. Por fallarme.

El dolor físico que siento ahora mismo puedo decirte que es bastante insoportable. Pero no puedes compararlo con como me siento por dentro. No puedo llorar porque todo esto me abruma.

¿Alguna vez has encontrado algo que te gustara tanto que de repente empiezas a usarlo las 24/7 y no comprendes cómo no lo habías descubierto antes? ¿Y entonces, tanta perfección te abruma y pasa a ser lo contrario?  Pues eso me ha pasado contigo. Encontré a alguien que me gustaba realmente, que me llenaba de pasión y amor por dar. Y entonces pum. De repente se rompe y ya no sabes muy bien qué hacer, porque lo querías de verdad y te gustaba tanto... pero incluso lo bueno ha de tener un límite, porque sino pasa a ser malo.

Has metido la pata. Yo también. Nos hemos fallado mutuamente. Pero he encontrado a alguien capaz de hacerme sonreír como una idiota por horas, alguien que merece la pena tener en tu vida. Solamente ha de cambiar el modo en el que esté en tu vida. Ni mucho ni poco. Un punto medio.

Así que sí, echo de menos tus besos y tus abrazos. Pero lo que más echo de menos es saber que estás ahí. Te di por seguro tan rápido, y ahora te vas y empiezo a darme cuenta de lo increíble que en sí ha sido todo esto. Han sido unos días locos pero maravillosos.  Sin embargo, necesitaba este pequeño inciso para saber exactamente qué quiero. Y vuelvas o no, mi vida va a cambiar. Me encantaría que lo hicieras, que volvieras, pero incluso si no, gracias, por hacerme ver lo que necesitaba. He necesitado tocar fondo para volver a la superficie, y ahora voy a respirar mejor que nunca.

No más de esa pequeña adicción que lleva años pasándose de la raya. No más idioteces que me hacen fallarme a mi misma y a todo lo que había logrado durante este año de recuperación. Voy a cuidarme a cuidar de la gente que me quiere. Porque se lo debo, y porque por encima de todo... me lo debo a mí.

Y me encantaría que me acompañaras en mi viaje. Aún si no puede ser, gracias.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Qué se supone que tienes qué decir cuando todo lo que tienes por decir está mal. Ya nada de verdad queda en mí. Sospecho que solo una cosa e...