jueves, 10 de agosto de 2017

Gracias

Los dos nos acordamos de ese día. A ti te iban la vida bastante bien y a mi todo lo contrario. Y sin embargo, sentimos una conexión que no creo que mucha gente haya sentido. Yo te confesé lo que me había guardado por mucho tiempo y confié en ti como no lo había hecho con nadie en mucho tiempo. Lloré en tus brazos, y por extraño que pueda parecer, sentí que las cosas mejorarían. Aunque no fueran como yo quería. Aquel día fue el inicio de algo increíble.

Y meses después, míranos. Te he fallado. Estaba rota por dentro y te he acabado haciendo daño. A ti, a quien menos quería hacerle daño. Y sé que si sabes algo de mí es que jamás lo habría hecho intencionadamente. Por que te quiero muchísimo. Quería tener una idea clara sobre cómo debía comportarme contigo y he hecho todo lo contrario. No sólo no la he tenido, sino que he actuado como una imbécil indecisa y que se contradice constantemente.

Lo siento. Lo siento muchísimo. Pero esto no es sólo unas disculpas. La verdad es que empiezo a afrontar la verdad, el hecho de que te vas. Y no quiero decirte adiós, porque espero que no lo sea. Lo que quiero es agradecerte todo. Personas como tú no son fáciles de encontrar, y menos para una persona como yo, que más que problemas que alegrías. Yo he tenido la suerte de tenerte, y aunque espero que la distancia no nos aleje como amigos, he de ser precavida. La gente que no ha sabido apreciarte lo suficiente, no sabe lo que se pierde.

Gracias de todo corazón por estos meses. Por esta amistad. Por haberme dejado entrar a tu mundo y por haber intentado tú comprender el mío. Da igual lo que nos depare el futuro, me vas a tener siempre aquí. A mí y a mis abrazos.

Te quiero. Mucho.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Qué se supone que tienes qué decir cuando todo lo que tienes por decir está mal. Ya nada de verdad queda en mí. Sospecho que solo una cosa e...