domingo, 23 de abril de 2017

Viajé kilómetros y kilómetros para olvidar tu sonrisa y me encontré con el mar, azul profundo como el color de tus ojos.  Volví con la ventana abierta y el viento dibujaba sobre mi piel el mismo recorrido que tus caricias. Sin quererlo regresé a nuestras noches fugaces e intensas, a las risas y suspiros, a tu complicada forma de besarme. Volví a cuando permanecíamos aferrados el uno al otro, con nuestros cuerpos en bonita sintonía. Admiré de nuevo tu imperfecta perfección, tu extraño modo de mirarme, tus ruidosos silencios. 
Pude ver tu silueta en la más oscura de las noches, girandose hacia mi, haciéndome correr hacia ti.
Y me percaté de  que la vida nos esta juntando cada vez mas, que nuestros caminos siempre se cruzan, que cada vez te deseo más.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Qué se supone que tienes qué decir cuando todo lo que tienes por decir está mal. Ya nada de verdad queda en mí. Sospecho que solo una cosa e...