Tuve un sueño anteayer, que pareció mucho más que un simple sueño. Me daban tiempo para verte por una última vez, para despedirme del todo. Me daban tiempo para decirte adiós. Y te abrazaba, olía tu perfume como siempre hacía, pero esta vez sabiendo que era la última vez. Me apoyaba sobre tu hombro, y absorbía todo tu olor, todo el momento. Por una vez el lugar no era gris, si no azul, había un azul brillante que nunca había visto antes, al rededor de nosotros. Estábamos en frente de tu casa, y me mirabas con esos ojos que lo decían todo. No teníamos mucho más tiempo. Así que te miré y te dije que sabía que me habías querido, que ahora lo sabía de verdad. Que ojalá todo hubiera sido diferente, que ojalá no hubiera sido tan imbécil. Te dije que te había querido mucho, muchísimo. Y lo último que recuerdo es tener que desprenderme de tus brazos.
Curiosamente me desperté vistiendo tu camiseta, que hace tiempo que ya no tiene tu olor.
lunes, 10 de abril de 2017
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