domingo, 10 de junio de 2018

No había día de lluvia en el que no detestara existir. No había día de tormenta en el que todo el día no quisiera dormir. Pero Dios, era como un golpe de aire fresco cada vez que cruzaba esa puerta y te veía. Habría vivido en el infierno si eso hubiera significado seguir viéndote. Me hubiera quemado cada día en las abrasadoras llamas por ver esa sonrisa. Esa mirada. Por volver a sentir tus caricias.

Y sé que ha pasado mucho tiempo, pero aún te imagino a mi lado en los momentos importantes, y aún sueño contigo y veo tus ojos. Y sé que debería haber pasado página, pero ¿cómo hacerlo cuando sin ti jamás hubiera habido libro? 

Sé que podías ver la verdad cuando me mirabas. Sé que la tratabas de ocultar. Sé que te lo intentabas negar. Lo sé porque yo también lo hacía. Yo también lo sentía.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Qué se supone que tienes qué decir cuando todo lo que tienes por decir está mal. Ya nada de verdad queda en mí. Sospecho que solo una cosa e...