No sé qué nos depara el futuro. Pero quisiera decirte
algunas cosas por si acaso nuestros caminos finalizan separándose. Puede que no
formes parte de mi vida en un futuro, pero siempre formarás parte de mí. He
aprendido y crecido contigo, incluso, y quizás especialmente, con los malos
momentos. Sin embargo, también nos hemos divertido infinitamente mucho y el
sentimiento que creábamos el uno en el otro era aparte de maravilloso
innegable.
Sé que si estoy aquí hoy día es por ti. No soy tonta,
también puedo reconocer que me has hecho daño. Dice que nadie merece tus
lágrimas y que quien lo merece no te hace llorar. Pero no estoy segura de ello.
Todos en algún momento cuando queremos a alguien sufrimos por esa persona, y en
cierto modo eso es una característica del querer. Tus sufrimientos eran los
míos y tus aspiraciones las mías también.
Espero que vueles muy alto, y que de aquí a diez años pueda
verte y abrazarte, felicitarte y observar lo alto que habrás llegado. No te
equivoques, ya estoy muy orgullosa de ti. Pero sé que llegarás aún más alto.
Te amo. Lo hice desde el primer momento en que te conocí.
Ambos sabemos que la vida siempre nos acaba uniendo de un modo o de otro. Eres
de las únicas personas por las que he sentido algo tan fuerte como para agradecer
el simple hecho de estar viva para poder conocerte.
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