Es tan triste y penoso que aún siga escribiendo sobre ti que se torna sarcasticamente divertido. Doce malditos meses nos han hecho de todo: nos convertimos en uña y carne, nos amamos como nadie, nos deseamos, peleamos, nos odiamos, nos echamos de menos, nos volvimos a querer, volvimos a discutir, volviamos a echarnos de menos. La cosa se repitió tantas veces que nos acabamos dando asco.
Y el verano pasó, el otoño acaba y cada vez se acerca mas el invierno y como el nos mostramos fríos, tratando de evitar que todo vuelva.
Sin embargo, muy muy muy en el fondo de nosotros aún nos queremos y nos deseamos, y cada pocos días sin hablar necesitamos escribirnos aunque estúpidamente sólo sea para saber si seguimos existiendo.
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